En una noche cargada de emociones, Nazarena Vélez se convirtió en una de las protagonistas más conmovedoras de la reciente emisión de La noche de Mirtha, al hablar abiertamente sobre un tema que aún la atraviesa profundamente: la relación de su hijo Thiago con su padre fallecido, Fabián Rodríguez, a más de una década de su trágica partida. Con su ya conocida sinceridad, la actriz y panelista compartió con todos un pedido desgarrador que le hizo su hijo menor, dejando sin palabras a Mirtha Legrand y a los demás invitados.
Un vínculo que trasciende la vida
Con tan solo 3 años cuando Fabián falleció, Thiago creció construyendo un lazo espiritual con su papá, algo que para Nazarena ha sido tan sorprendente como revelador. En plena charla con Mirtha, Vélez relató: “Él tiene 14 años y me pedía ir al cementerio cuando era más chico. En un momento no quería ir conmigo porque yo lloraba mucho y no le daba el lugar. Cuando una criatura te lleva vos tenés que darle prioridad. Eso lo entendí tarde, lamentablemente, porque había pasado un año más o menos de su muerte”.
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Esa reflexión llegó tras comprender que el niño necesitaba su propio espacio para atravesar el duelo y conectarse con su padre, y no solo acompañar el dolor de su madre. Fue entonces que Nazarena decidió acompañar desde un lugar más empático y contenedor.
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Con el paso del tiempo, Thiago encontró su forma personal de mantener viva la memoria de Fabián. Según Nazarena, “Cada vez que quiere ir me dice. Él es súper respetuoso. Recuerda con mucho amor a su papá. Yo le hablé muy bien de él porque ha sido un gran hombre”. Cuando Mirtha le preguntó si ahora prefería ir solo al cementerio, la respuesta fue clara y sin vueltas:“Sí, más ahora que tiene 14 años y es un adolescente”.
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En ese crecimiento, Nazarena fue entendiendo que las decisiones del hijo también son parte del proceso, y que incluso su deseo de ir solo a ver a su papá debía ser acompañado con respeto.Además de su profunda conexión emocional con su padre, Thiago también demuestra tener una fuerte personalidad, algo que su mamá no dudó en destacar con orgullo: “Tiene mucho carácter. Es un sol. En verano trabajó con nosotros en la obra. Tiene cultura de trabajo como yo, me dijo que quería ganar unos mangos así que lo contratamos. Es un genio, un nene amoroso, feliz. Eso me llena el alma”.
Conmovida y visiblemente emocionada, Nazarena mostró una faceta poco conocida de su vida privada, revelando cómo acompañó a su hijo en el duelo y cómo lo sigue haciendo desde el amor, la contención y el respeto por sus tiempos y silencios. Un testimonio que tocó el alma de todos los presentes y también de quienes estaban del otro lado de la pantalla.