En el mundo del espectáculo, no siempre lo que vemos en pantalla refleja la realidad detrás de cámara. Lo que parece una amistad sólida o una química natural entre conductores puede ocultar tensiones y roces que solo conocen quienes comparten el día a día en un estudio. Este fue el caso de Vero Lozano y Leo Montero, quienes durante años encabezaron el histórico programa AM en Telefe. La panelista Yanina Latorre decidió romper el silencio y revelar lo que muchos solo sospechaban.
Según la mediática, la relación entre los conductores no era tan armoniosa como parecía frente a las cámaras. “Hubo chispazos, eso es cierto. Él se quejaba mucho de ella, aunque lo hacía en tono gracioso”, aseguró, dejando en claro que los conflictos eran frecuentes y que la cordialidad en pantalla era, en gran parte, una máscara.
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Latorre no se detuvo allí y profundizó sobre la dinámica entre Lozano y Montero: “Se notaba que no se llevaban bien. Por más que intentaban mantener la cordialidad frente a las cámaras, las diferencias eran evidentes para quienes trabajábamos ahí”. Con estas palabras, quedó al descubierto que las sonrisas y la buena onda mostradas al público no siempre reflejaban la realidad detrás de escena.
La panelista también recordó que las tensiones no pasaban desapercibidas para el resto del equipo: “Yo me acuerdo perfectamente de cómo se daban esas discusiones. No hacía falta que lo dijeran a gritos, se respiraba en el aire”. Sin dudas, los reclamos y las pequeñas disputas eran parte del día a día del histórico ciclo, aunque jamás se habían hecho públicas.
Vero Lozano y Leo Montero nunca confirmaron públicamente esta supuesta mala relación, pero la ausencia de desmentidas hace que el testimonio de Yanina Latorre cobre relevancia. La química que los televidentes percibían en pantalla no siempre coincidía con lo que ocurría detrás de las cámaras, donde los egos, las diferencias y los reclamos marcaban la dinámica laboral.