El amor entre Nico Occhiato y Flor Jazmín Peña no solo floreció frente a las cámaras, sino también detrás de ellas, convirtiéndose en una de las relaciones más sólidas del mundo del espectáculo argentino. Aunque el romance fue confirmado recién en 2024, lo cierto es que la química entre ambos ya venía captando la atención desde mucho antes.
Ambos comparten la conducción de programas en Luzu TV, donde su complicidad y conexión se sienten tan naturales que muchos fanáticos empezaron a especular con la posibilidad de verlos dar un paso más en su relación: la llegada de un hijo. Ante tantas expectativas, Nico decidió hablar al respecto y no esquivó el tema.
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💬 “Cuando uno está tan enamorado y tan bien, a nuestra edad es imposible no pensarlo ni imaginarlo, pero la realidad es que hoy no podríamos”, confesó el conductor en una entrevista sincera, dejando en claro que aunque el deseo está, no es el momento.
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La decisión no pasa por falta de amor ni ganas, sino por cuestiones ligadas a sus carreras. Con 32 años él y 30 ella, ambos se encuentran en un punto álgido a nivel profesional. Por eso, la posibilidad de convertirse en padres está presente, pero pensada “a largo plazo”.
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Además del vínculo sentimental, el trabajo en conjunto fortalece aún más la pareja. Occhiato remarcó el valor de tener a Flor a su lado no solo como pareja, sino como colega y compañera:
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💬 “Somos un equipo bárbaro. Ella me conoce tanto que sabe todo lo que me pasa por la cabeza y lo que quiero que pase en el programa. Es una compañera que siempre quiero tener en el equipo. Me puso contento la decisión que tomó de priorizar su lado artístico”.
Pese a la fuerte exposición mediática que implica estar al frente de uno de los streams más populares del país, ambos han sabido mantener un equilibrio entre lo que muestran y lo que deciden preservar.
💬 “Abrimos la intimidad muy poco. Parece que contamos todo, pero cuidamos lo nuestro. Lo íntimo de verdad y lo que nos pasa sabemos cuidarlo muy bien hasta dónde”, aclaró Nico, dejando ver que su fórmula de pareja incluye el resguardo de los momentos verdaderamente personales.
Mientras siguen cosechando éxitos en sus proyectos y consolidando su vínculo, Nico y Flor demuestran que el amor puede crecer con madurez, respeto y planificación. Por ahora, no hay pañales en el horizonte, pero sí muchos sueños compartidos.
