El mundo de la música argentina vuelve a vestirse de luto. Esta vez, por el fallecimiento de Nicky Jones, un ícono del rock nacional y figura histórica de El Club del Clan, que dejó una huella imborrable en la escena musical de los años 60. Su partida, a los 87 años, no solo marcó el cierre de una era, sino que también golpeó de lleno el corazón de su gran amigo y colega Palito Ortega, quien lo despidió con profundo dolor.
“Con tu partida se va una parte de nuestra historia”
Palito Ortega, que actualmente atraviesa un momento delicado por la internación de su hijo Luis, utilizó sus redes sociales para expresar su dolor y rendir homenaje a quien fue mucho más que un compañero de escenarios: fue parte de su vida. Junto a una foto de aquellos tiempos dorados, escribió: “Querido Nicky, con tu partida se va una parte de nuestra historia. Te llevo en mi corazón. Hasta siempre”.
.
La noticia fue confirmada por Mariana, una de las hijas de Nicky, con un mensaje cargado de emoción: “Te fuiste de gira papá Nicky Jones. A reunirte con tu mamá querida. Tus hijas, tus nietos y todos los que bailaron tus canciones te vamos a recordar con una sonrisa. Besos al cielo, papá querido”.
.
Nicky Jones, nacido el 1 de febrero de 1938 en el barrio porteño de Floresta, tuvo un recorrido artístico que comenzó en el jazz y el bolero, pero fue el rock & roll el género que lo consagró como una figura pionera. Su voz y estilo formaron parte esencial del espíritu juvenil de la década del sesenta, donde compartió escenario con nombres que definieron una época.
.
Hasta hace muy poco, Palito y Nicky seguían compartiendo escenario. El año pasado, se reencontraron en un emotivo homenaje organizado por la Fundación y el Centro Rossi, donde se reconoció la trayectoria de Ortega y se celebró la historia compartida con Jones.
.
La música, sin duda, perderá a uno de sus pilares, pero el legado de Nicky Jones seguirá vivo en cada melodía, en cada recuerdo, y en cada sonrisa que arranque una de sus canciones. Su despedida representa mucho más que una pérdida: es el cierre de un capítulo dorado que jamás será olvidado.