La convivencia dentro de la casa de Gran Hermano 2024 está lejos de ser un camino fácil, y esta vez fue Katia “La Tana” Fenocchio quien tocó fondo emocional. Tras una acalorada discusión con Selva Pérez por un problema relacionado con la comida, la participante rompió en llanto y manifestó con angustia su deseo de abandonar el reality.
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El detonante fue un malentendido en la cocina, que rápidamente escaló en un cruce de palabras. La Tana, que había advertido desde su ingreso al programa que es alérgica a los condimentos picantes, acusó a Selva de haber usado comino en la preparación de una comida. Esto la puso en alerta, ya que, según explicó, su salud podría verse comprometida por ese ingrediente.
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Ante la tensión, Selva —quien se encontraba junto a Sandra— intentó defenderse: “Me dijiste que eras alérgica a la pimienta y nunca más la utilicé. Si de algo estoy tranquila es de que no le puse”. Sin embargo, esa aclaración no fue suficiente para apaciguar los ánimos.
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La escena se volvió más intensa cuando Katia se quebró emocionalmente. Andrea, testigo de lo ocurrido, fue la primera en acercarse para contenerla. Luego se sumó Petrona, quien también intentó calmarla. Ambas le pidieron que no tomara decisiones apresuradas.
Pero nada parecía aliviar la angustia de La Tana. Entre lágrimas y claramente afectada, lanzó una frase que encendió las alarmas dentro y fuera del programa: “Me quiero ir”. Su hartazgo por los roces constantes con Selva y la acumulación de tensiones en la casa, parecen haber llegado a un punto límite.
La Tana rompe en llanto después de discutir con Selva por su problema con la pimienta en las comidas: “Me quiero ir a la mierda, te lo juro por dios, me quiero ir, me quiero ir. Estoy cansada y no aguanto más, es levantarme y pelear, por qué tengo que aguantar a esta gente?” pic.twitter.com/9zhXbcc8AQ
— TRONK (@TronkOficial) May 30, 2025
El futuro de Katia en el juego ahora es incierto. ¿Decidirá abandonar la competencia? ¿Logrará encontrar un poco de paz y continuar? Lo cierto es que el conflicto dejó al descubierto lo difícil que se vuelve la convivencia cuando la confianza se quiebra.
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Gran Hermano sigue demostrando que las emociones están a flor de piel y que cualquier detalle puede convertirse en una bomba de tiempo dentro de la casa más vigilada del país.