Desde hace semanas, el mundo del espectáculo argentino está en el ojo de una nueva controversia: el “Madrinagate”. Esta disputa mediática ha puesto a Vanina Escudero y Denise Dumas en una situación tensa, que ha captado la atención de los medios y el público en general. La raíz del conflicto se remonta a la decisión de Escudero y su esposo, Álvaro Navia, de revocar el título de madrina de su hija Joaquina que en su momento había sido otorgado a Dumas. Aunque esta decisión se tomó hace alrededor de tres años, el motivo detrás del cambio salió a la luz recientemente, y las revelaciones han sacudido el entorno de ambas figuras.
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Fernanda Iglesias, panelista de un programa de espectáculos, se comunicó con Vanina Escudero para conocer su versión y fue contundente en sus palabras. Escudero, en su respuesta, aclaró que “se lo dijo un tiempo antes” y, en palabras de Iglesias, expresó con dolor: “Me incomoda hablar de Denise porque la quise muchísimo. Para mí fue una persona importante y nunca hablaría mal de ella”. A través de estas palabras, Escudero reveló que, aunque haya distancia, siempre guardó un profundo cariño por Dumas.
A raíz de la situación, Escudero decidió emitir un comunicado en su cuenta de Instagram para explicar las razones detrás de esta decisión que, aparentemente, fue difícil para todos los involucrados. En sus propias palabras, compartió: “Cuando nació Joaquina, elegimos que Denise fuese su madrina, pero el mundo cambió para todos con la pandemia y nos fuimos a vivir a otro país. Como para cualquier niño, la pandemia no le fue fácil. Nosotros cumplimos con la cuarentena a rajatabla, no vimos a nadie. Solo disfrutábamos de nosotros”.
Luego agregó que el contexto fue aún más complejo cuando la familia se mudó a Uruguay, donde Joaquina enfrentó serias dificultades de adaptación. “Hacía años que no la veíamos a Denisse, por lo menos dos, y Joaquina no tenía ningún tipo de contacto con ella. Ella necesitaba amor”, confesó Escudero, mostrando su intención de garantizar la estabilidad emocional de su hija.
Finalmente, Escudero relató que intentó hablar con Dumas sobre la decisión antes de hacer oficial el cambio y expresó: “Yo hablé con Denise antes de proponérselo a mi mamá y la verdad es que nunca imaginé que no entendería. Obviamente, no era fácil, pero pensé que a la larga podría comprender que esta decisión no tenía que ver con ella. Mi foco estaba puesto en Joaquina y en lo que ella necesitaba”.
A modo de cierre, dejó un mensaje emotivo y sincero: “Lamento en el alma todo lo que pasó después. Todas las veces que viajaba a BAs le escribía para vernos y poder hablar, jamás quiso. A mí me rompió el corazón, lloré muchísimo porque la quería un montón. Pero si su distancia es lo que me toca por haber priorizado a mi hija, la acepto. Siempre voy a priorizar a mis hijos y lo que ellos necesiten. Me duele, pero lo acepto”.
Este conflicto deja al descubierto el difícil equilibrio entre los lazos familiares y las relaciones personales en el contexto de decisiones que afectan el bienestar de los hijos, algo que seguramente seguirá generando reacciones y opiniones entre el público y los seguidores de ambas figuras.