El miércoles 10 de abril marcó otro hito en la historia de Gran Hermano, con una gala de nominaciones cargada de sorpresas y tensiones. Esta semana, los protagonistas de la placa de nominados fueron Constanza, Juliana, Martín, Emmanuel y Damián, cuyos destinos en la casa más famosa del país quedaron en juego.
El giro más impactante llegó cuando Emmanuel, quien ostentaba el poder como líder, fue fulminado por Florencia, desatando un terremoto emocional entre los habitantes de la casa. Además, se tomaron medidas drásticas al anular algunos votos por supuestos complots, aumentando aún más la incertidumbre entre los concursantes.
A pesar de la llegada de nuevos participantes, como la correntina que prometía agitar las aguas, Gran Hermano no logra recuperar su antiguo esplendor. La audiencia parece distante después de lo que muchos consideraron una final adelantada entre Catalina y Juliana. Los números no mienten, y el programa alcanzó uno de sus peores ratings en mucho tiempo, sin siquiera superar los 17 puntos de audiencia.
El minuto a minuto del rating del miércoles:
Los registros de audiencia del miércoles reflejan la cruda realidad: a las 22:30, Gran Hermano registró 12.7 puntos, mientras que el programa competidor Los 8 Escalones del Millón se situó en 8.3.
A las 22:44, Gran Hermano descendió a 12.2 puntos, mientras que su competidor mantuvo su posición en 8.3. Sin embargo, hubo un pequeño repunte a las 22:50, con Gran Hermano alcanzando los 16.3 puntos, aunque Los 8 Escalones del Millón se mantuvo cerca con 7.9.
El panorama continuó oscilando entre altibajos a lo largo de la noche, con picos y valles en el rating. A las 23:07, Gran Hermano tocó los 17.1 puntos, pero no pudo sostener el impulso, cayendo a 16.7 a las 23:33. Mientras tanto, Los Protectores ingresaron en la competencia con apenas 4.0 puntos a las 23:26, evidenciando la difícil batalla por la atención del público.
En resumen, la casa de Gran Hermano sigue siendo un hervidero de emociones y conflictos, pero su atractivo parece no ser suficiente para recuperar la atención de una audiencia cada vez más exigente y dispersa.