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La fama y la exposición mediática sólo aumentaron la angustia cuando se confirmó que semanas después de la separación, Cabré comenzó una relación con la China Suárez, figura central en aquella tormenta personal para Eugenia. Sin embargo, lejos de caer en el papel de víctima, Eugenia Tobal reivindicó su proceso de sanación y crecimiento: “Después de eso mi vida fue bárbara también, porque siempre me ponen en el lugar de ‘pobrecita’ y no… la verdad que no. Mi vida fue maravillosa“, expresó con firmeza.
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Este testimonio refleja cómo, a pesar de las adversidades, la actriz logró dar vuelta la página y reconstruirse: “Quince años pasaron desde esa ruptura que todo el mundo conoce, y la verdad es que mi vida fue maravillosa después. Tengo un presente hermoso“. Hoy disfruta de su sólida relación con su esposo Francisco García Ibar y vive con plenitud la maternidad junto a su hija Ema, consolidando una etapa de felicidad y estabilidad.
Una historia de dolor, pero también de renacimiento
El paso del tiempo no borró las heridas, pero sí le permitió a Eugenia encontrar la fuerza para sanar y avanzar. Su relato frente a Mirtha Legrand no sólo rememora un capítulo complicado sino que también invita a entender la resiliencia que muchas mujeres ponen en juego cuando enfrentan rupturas difíciles y circunstancias adversas.
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En definitiva, Eugenia Tobal nos deja un mensaje claro y esperanzador: el dolor puede ser parte de la historia, pero no define el destino. “Sufrí como cualquiera cuando se separa… la vida te pone en situaciones complejas y hay que atravesarlas, y yo me dediqué a sanar eso“, dijo, mostrando que la recuperación y el amor propio son el camino hacia una vida renovada y plena.
La actriz no sólo recuerda lo que sufrió, sino que destaca con orgullo cómo logró transformar ese dolor en un presente lleno de luz.