En medio de la incertidumbre que rodea a la salud de Alejandra “Locomotora” Oliveras, una luz de esperanza comenzó a asomar en las últimas horas. Tras el ACV isquémico que sufrió días atrás, la exboxeadora mostró signos de mejora: abrió los ojos y fue desconectada paulatinamente del respirador artificial. Sin embargo, mientras la lucha continúa en el plano médico, en el entorno íntimo de la campeona mundial se encendió una fuerte interna familiar que salió a la luz de la mano de sus propios hijos.
“Damos la vida por nuestra vieja”
Este fin de semana, Alejandro y Alexis, hijos de Locomotora, rompieron el silencio en diálogo con TN y compartieron su visión sobre la evolución de su madre, pero también expresaron su malestar con un tío que, según ellos, no respetó los tiempos ni las decisiones familiares. “Hay muy buena relación con nuestros tíos, en general, pero últimamente hay una discrepancia, nosotros en un primer tiempo no dábamos noticias porque estábamos muy consternados”, explicó Alejandro, evidenciando el dolor que atravesaron en los primeros días tras el accidente cerebrovascular.
El conflicto estalló cuando, según contaron, uno de sus familiares comenzó a hablar con los medios y organizar actividades que no contaban con el aval de ellos. “Entonces yo llamé particularmente a todos mis tíos, junto con mi hermano, y dijimos ‘paren un poco, no vamos a dar notas hasta que sepamos dónde estamos’”, explicó.
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La tensión creció especialmente por las acciones de Jesús, otro integrante de la familia, quien se habría manejado por fuera de los acuerdos familiares. “Él no respetó eso, salió a dar notas, empezó a pedir convocatorias, cosas que nosotros no aprobamos, nosotros entendemos que no es el momento y no es el lugar”, remarcaron los jóvenes, visiblemente enojados por la sobreexposición innecesaria de la situación.
Incluso cuestionaron las convocatorias que se hicieron para rezar fuera del Hospital José María Cullen, donde se encuentra internada Locomotora. “El Cullen es un lugar donde hay muchos profesionales y no somos los únicos que estamos en esta situación”, señalaron con firmeza.
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Sin dejar de agradecer el cariño de la gente, aclararon: “No es un lugar para juntarse, hay otras familias. Esto no quiere decir que no estemos agradecidos con la gente. Nosotros, de todo corazón, estamos muy contentos con los mensajes”.
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Conmovidos, cerraron el testimonio con una frase contundente que refleja su compromiso con la recuperación de su madre: “Pasó por encima de nuestra palabra. Nosotros somos los que cuidamos a nuestra vieja. La defendemos a capa y espada. Damos la vida por nuestra vieja, trabajamos con ella”.
El estado de salud de Locomotora Oliveras continúa siendo delicado, pero su entorno más cercano no baja los brazos y lucha cada día por su recuperación, con amor, respeto y, como en el ring, mucho coraje.