Cuando Jorge Rial lanza una bomba, el temblor se siente en más de un ámbito. Esta vez, el reconocido conductor decidió encender la mecha de un escándalo que cruza las fronteras del periodismo y la política, con un affaire que involucra a un periodista político muy conocido… y a una ministra del Gobierno. Sí, leíste bien: una funcionaria nacional.
Haciendo uso de su poder en redes y de su estilo directo, Rial decidió soltar la primicia desde su cuenta en X con una publicación que incluía nada menos que cuatro emojis de bomba. El mensaje, corto pero explosivo, no tardó en viralizarse.
💥 El romance que podría volar por los aires dos mundos
Con una mezcla de suspenso, ironía y su inconfundible olfato para el escándalo, Rial escribió:
Si trascienden los nombres del periodista político y la ministra que están viviendo un intenso romance se pudre todo. Ya se conocían de antes. Hoy se encuentran en la zona de Salguero y Libertador de lunes a jueves porque el fin de semana él convive con su mujer de toda la vida
. Y por si fuera poco, cerró el posteo con una advertencia que deja abierta la puerta a más detalles: Ampliaremos!!!
Como era de esperarse, las reacciones no tardaron. Desde el sector libertario, el periodista Tomás Díaz Cueto salió a cruzarlo con dureza:No podemos operar con economía, operemos con vida privada. Volvió Jorgito a hacer lo que sabe, meterse en las sábanas de la gente. Pero después su compañero Brancatelli lamenta que hablen de sus cuernos
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Fiel a su estilo, Rial no se quedó callado. Le respondió con una frase que se viralizó por su crudeza:Quedate tranquilo que los días que no se coje a la ministra te va a dejar chupársela. Como hasta ahora. Te conocemos bien
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El cruce escaló rápidamente hasta rozar lo bizarro, cuando Díaz Cueto replicó con un comentario despectivo sobre la virilidad de Rial: El eunuco inventando como es de costumbre
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¿Se revelarán los nombres? ¿Habrá consecuencias políticas? ¿Estallará otro cruce en redes? Lo único seguro es que Jorge Rial volvió a hacer lo que mejor sabe: tirar una bomba… y mirar cómo todo explota.
